*** SUERTES DE CAPA - CONCEPTO ***
SUERTES DE CAPA - CONCEPTO -
Las suertes de capa, siempre vistosas y aplaudidas cuando son ejecutadas con arreglo a lo que prescribe él arte o la discreción del lidiador, constituyen, por decirlo así, una de las principales bases del toreo, si no la principal, puesto que a ellas se subordinan todas las restantes, y sin el auxilio de ellas ninguna podría llevarse a la práctica.
En la ejecución de las mismas es también donde más pone de relieve el torero las condiciones que le adornan para el ejercicio de su profesión y los muchos o pocos conocimientos que posee de las reses con que ha de pelear y llevando en la lucha todas las ventajas posibles.
Las suertes de capa, que nacieron cuando la lidia comenzó a hacerse ordenada y fueron perfeccionándose cuando el espectáculo tomó el carácter que conserva, tienen por objeto modificar las dificultades que presentan los toros para la mejor práctica de las que han de efectuarse inmediatamente después, siempre que se hagan en el momento preciso en los terrenos que requieren y no se abuse de su ejecución, porque en tal caso, y en vez de destruir los resabios que presentan los toros, se contribuirá a aumentarlos o a que adquieran otros nuevos.
Las que se ejecutan a poco de haber salido los toros al redondel, tienen comúnmente por objeto el de que pierdan la condición de levantados con que se presentan, y se paren y fijen en los objetos que les llaman la atención.
El diestro debe procurar cuando pueda, y las condiciones de los toros se lo permitan, el parar mucho los pies y mover con agilidad y soltura los brazos.
Del mayor o menor movimiento que en la ejecución de dichas suertes se imprime al cuerpo, nacieron las dos escuelas denominadas rondeña y sevillana. Aquella, parada y escueta de adornos; ésta, alegre, juguetona y movida.
La suerte primitiva del toreo fue la llamada natural, que consiste en colocarse el diestro en su terreno, llamar la atención de la res sosteniendo el capote desplegado con ambas manos y agitándole en caso preciso, y cuando la fiera acomete empaparla y vaciarla por el lado derecho o el izquierdo, parando los pies lo más posible y tomando viaje, una vez ejecutada.
De esta, que puede hacerse con todos los toros, se derivan las demás que hizo necesarias la práctica o descubrió el arte.
En recuerdo, admiración y respeto a D. Leopoldo Vázquez y Rodríguez, Luís Gandullo y D. Leopoldo López de Saá - La Tauromaquia - 1895