×

Mensaje

Este sitio web utiliza 'cookies' para ofrecerle una mejor experiencia de navegación.

Ver documentos de la Directiva e-Privacy

Ha rechazado el uso de cookies. ¿Desea reconsiderar su decisión?

Festejos populares

Atrás

 

FASTOS TAUROMÁQUICOS

HISTORIA

 

Decía D. Gaspar Melchor de Jovellanos (1):  

«Creer que los pueblos puedan ser felices sin diversiones, es mi delirio. Creer que las necesitan y negárselas, es una inconsecuencia tan absurda como peligrosa. Darles diversiones y prescindir de la influencia que puedan tener en sus ideas y costumbres, sería una indolencia harto más cruel y peligrosa que aquella inconsecuencia. Resulta, pues, que el establecimiento y arreglo de las diversiones públicas será uno de los primeros objetos de toda buena política.»   

Esta autoridad de persona tan respetable basta por sí sola para decidir en favor de la necesidad que tienen los pueblos de un espectáculo acomodado a su carácter, y que no necesiten los esfuerzos de la imaginación para comprenderle, bastando solo asistir a él para gozar y recrearse. 

Una de las cosas que más influencia ejerce sobre las costumbres de los pueblos es la concurrencia a la diversión en que pasan sus horas de recreo, puesto que llegando a hacerse habituales vienen a modificar naturalmente sus costumbres 

Que las fiestas de toros sean perniciosas e inmorales, lo negamos nosotros en todos conceptos; que se pervierta el pueblo en ellas, no hay nada más inexacto; que se haga feroz, es también una mentira; y por fin, qué le desmoralice conduciéndole poco a poco al camino del crimen es tan fuera de propósito, qué no hubiera casi necesidad de rebatirlo.  

Los festejos taurinos son una diversión como otra cualquiera, una diversión donde el ánimo se explaya y espacia. Soló la grandiosidad del acto, donde todo es verdad, todo natural, influye en él ánimo más apocado para darle solaz y contentamiento. Allí el pueblo, después de ímprobos días de trabajo, de penas y privaciones, se alegra, ensancha su corazón, se divierte, que es lo único que apetece. Allí manda cómo verdadero soberano, grita, aúlla y se hace hacer la razón, que es lo que más place a todos en este mundo. Allí está en su verdadero elemento, tumultuoso, exigente, atronador, tal como se presentan las masas en todas ocasiones, parece que va a tragarse el mundo entero; pero conclúyase la función, salgamos con él del entorno festivo/taurino y le veremos manso, sumiso y razonable volver tranquilo a sus cotidianas ocupaciones. 

  

 

(1) D. Gaspar Melchor de Jovellanos y Jove Ramírez (1744-1811) - Escritor, jurista, y político ilustrado español

 

Fuente: Junta de Castilla y León - Biblioteca Digital Castilla y León - FASTOS TAUROMÁQUICOS - HISTORIA- Madrid - 1845 - Por: Un aficionado